Guns & Roses, sexo, polémica y rock and roll

Hay bandas que están llamadas a marcar un antes y un después en la historia de la música. Se habla mucho de aquellos artistas que lograron solo un éxito, los One Hit Wonder, que tuvieron un gran pico de popularidad para luego desaparecer. ¿Hay alguien que recuerde alguna canción de A-ha que no sea Take On Me? ¿Acaso Rick Astley ha vuelto a producir un éxito tan brutal como aquel mítico Never Gonna Give You Up? Por supuesto, si eres fan de estos artistas ahora estarás enfadado pensando en que tienen carreras muy sólidas y completas, con varios discos y giras mundiales… Pero para la inmensa mayoría del público, estos artistas se quedaron en un solo hit, muy recordado, eso sí. Tampoco es algo negativo, porque hay muchos que ni siquiera pueden presumir de ello. Al menos estos sí que han conseguido su puesto en la historia de la música.

Si la carrera de un One Hit Wonder es difícil, más aún debe ser el tener que enfrentarse a la carga de haber lanzado el disco debut más vendido y laureado de la historia. Cuando Guns & Roses lanzó Appetite for Destruction en 1987, algo cambió en la industria. Un grupo más de aquel glam rock que tanto gustaba en la Costa Oeste, pensarían muchos. Pero no, ni por asomo. La calidad de las composiciones de la banda, con temas pegadizos como Paradise City o Sweet Child of Mine, se unía al talento de Slash en sus arreglos y riffs, y a la electrizante figura de su vocalista, Axl Rose. La mezcla perfecta para que los amantes del rock encontraran a su nueva banda predilecta. Con un disco que vende más de 25 millones de copias en todo el planeta, tres canciones en el número 1 y una gira a nivel mundial como estrellas de cartel, Guns & Roses pasaron de la nada al todo en apenas un año. Y aquello no es fácil de asimilar, desde luego. En la banda nunca han faltado polémicas, referidas a las canciones y contenido, pero también a los excesos de sus integrantes con el sexo y las drogas. Y es que Guns & Roses querían ser la banda de rock definitiva, en todos los sentidos.

La música del Barroco y su historia

La historia de la música tuvo un punto clave en la era barroca, periodo que se desarrolla a lo largo de siglo y medio, entre inicios del XVII y mediados del XVIII, a través de la aparición de obras totalmente distintas a las que se habían podido disfrutar hasta ese momento, y el nacimiento de géneros como la ópera, que provocó un cambio de perspectiva brutal y definitivo a la hora de concebir la música. Antes de la música barroca, en Europa solo existía la música sacra, y la repercusión de las piezas musicales no era ni mucho menos tan extendida como lo sería a partir del nacimiento de la ópera, un espectáculo que estaba al servicio de las nuevas modas urbanitas, como un ejemplo del ocio que iba a instaurarse a partir de ese momento en el Viejo Continente. La música barroca cuenta con algunos de los mejores compositores de todos los tiempos, incluyendo al gran Johann Sebastian Bach, para muchos el más grande de todos, tanto que incluso el final de este periodo se marca con su muerte.

Siglo y medio de cambios musicales que trajeron sin lugar a dudas la definitiva “modernidad” a la música, con la llegada del bajo continuo y de la tonalidad como bases de la mayoría de composiciones, la aparición de muchos nuevos instrumentos y de formas interesantes de composición como la sonata o el concierto, que se mantendrían posteriormente, ya en el periodo romántico, incluso cuando todo lo barroco se consideraba “tosco y anticuado”. Es una música ornamentada, de la misma forma que el propio arte en general que se daba en la época, y supuso una apertura de miras tanto en lo musical como en lo temático, aunque es cierto que el tema de la religión seguía estando muy presente en la mayoría de obras importantes. En este artículo haremos un repaso por todo lo que supuso la música del barroco en su momento.

Música Medieval, ¿cómo era y qué nos contaba?

La música es una de las artes que siempre han maravillado al ser humano, siendo capaz de elevar nuestro espíritu más allá que cualquiera otra. Es seguramente una de las primeras representaciones artísticas de las que se tienen constancia, ya que nuestros antepasados solían utilizar música tribal, con percusión, y con cantos guturales, para muchos de sus rituales. Por supuesto, la música ha ido evolucionando desde entonces, aunque es cierto que solo en estos últimos cinco siglos hemos visto un verdadero salto hacia adelante en lo que tiene que ver con este arte. Anteriormente a ello, la música era apenas una forma básica de lo que luego conoceríamos, o de lo que los propios compositores clásicos y del Renacimiento se encargarían de mostrarnos.

La música pasó  por una etapa de consolidación básica durante la Edad Media, época oscura para la mayoría de las artes por el férreo control de la Iglesia y las monarquías autoritarias. Las guerras, el hambre y la devastación que tuvo lugar durante prácticamente diez siglos en Europa limitó mucho la expansión de este arte, que podía encontrarse en dos formas bien diferenciadas: la eclesiástica, dedicada y dirigida por la Iglesia, que tenía el monopolio de la cultura y el conocimiento en la época, y la música profana o popular, llevada a cabo por algunos grupos de aristócratas o por los juglares y trovadores, que no tenía que ceñirse a los temas impuestos por la iglesia, y que sirvió también de base para la tradición musical posterior. Hoy vamos a concentrarnos en conocer más a fondo cómo era la música medieval.